Una historia por capítulos
Hola, soy una porra. Nunca antes había tenido
semejante pinta de porra. Sí, me estoy refiriendo a esos dulces que constan de
una bola de caramelo adherida a un palo. Lo sé, ha pasado mucho tiempo desde
que no actualizo mi blog y ahora os vengo con esta noticia tan inquietante. Que
no cunda el pánico: os contaré la historia de mi trasplante de médula, y de
cómo este derivó en mi metamorfosis en porra. Es una larga historia, así que os
la contaré por capítulos. Espero que os guste.
Capítulo Primero
Oviedo. El soleado mes de Julio de 2016 (tuvimos un verano bastante bueno,
o eso creí intuir desde mis dominios, que no desde la playa) se preparaba para
cederle el testigo a Agosto, al que se veía venir a lo lejos sudoroso y henchido
de promesas de sol, playa y aberrantes fiestas de prao. En este contexto, una
cerda muy rosada se rebozaba llenándose el hocico con los últimos coletazos de
su propio verano, disfrutando de las visitas de los que viven fuera, comiendo
cachopos, grabando vídeos y Torpedos Rojos con el Almirante (http://www.ivoox.com/escuchar-torpedo-rojo_nq_31892_1.html)
y ANTE TODO NO entrando en INSTAGRAM a ver vuestras fotos de calas de agua
cristalina, bikini bodies y cañas al
sol. Me vengaré, por supuesto.
Pero no me puedo quejar, en verdad hice un buen acopio de grandes momentos
y diversión, rodeada de la mejor compañía. Me cargué de energía positiva y me
mentalicé para afrontar lo que Agosto me tenía reservado: mi ingreso en
completo aislamiento para someterme al proceso que conocemos como Trasplante de
Médula. Cuarenta días aproximadamente, en aislamiento total, en los que
recibiría un tratamiento de quimio y radioterapia descrito sin ningún disimulo
por los médicos como “La Bomba Atómica”. Un tratamiento tan caro carísimo como
agresivo agresivísimo, para el que no todo el mundo está preparado: Es tan fuerte
que si tienes más de cuarenta años no puedes acceder a él, y antes de
administrártelo, se aseguran por todos los medios de que estás en forma para
recibirlo. Te hacen todo tipo de pruebas destinadas a comprobar que todos tus
órganos funcionan como un reloj suizo:
Pruebas respiratorias en las que soplé por extraños y enormes tubos,
ecografías varias para ver el estado de todos mis órganos internos; se aseguraron de que el trombo de mi pierna ya
se había disuelto a base de meses de inyecciones de heparina, me miraron de
arriba abajo y, finalmente, me dieron el visto bueno.
Al fin y al cabo, soy una chica joven y lozana que nunca antes había tenido
el mínimo susto sanitario. Estaba lista para que me dieran el palizón de mi
vida.
Os juro que no hubiera sido mejor si el tratamiento consistiera en recibir
varias veces al día a un equipo de lucha libre aporreándome con todo lujo de
mazas medievales y material de oficina hasta dejarme sin dientes. Pero así son estas cosas: había que dejarlo
todo limpio y destruir mi médula por completo para luego “plantar” la nueva, la
buena, ¡la del donante!
De hecho, si el proceso de destrucción por quimio y radio no culmina
introduciendo después otra médula nueva, te mueres. Porque tu propia médula ha
sido destruida bajo el propósito expreso de que no reaparezca jamás. Tu médula
ha muerto, necesitas otra, o palmas.
Yo tenía otra. Yo lo que tengo es una suerte del copón.
Capítulo Segundo
La fecha de ingreso se aproximaba. El programa sería el siguiente:
1. Para
abrir boca, la introducción en quirófano de otra vía central. Ahora tendría no
una sino DOS tetas biónicas, lo único que la nueva no sería en esta ocasión un
catéter super duradero y pro y parecido al comunicador de Star Trek, sino una
sencilla incisión bajo la otra clavícula de la que saldría una serie de tubos
pensados para meter y sacar substancias por ellos. El resultado: ahora me
saldrían cables del pecho a diestro y siniestro, literalmente.
2. Seis
sesiones de radioterapia, a razón de dos al día, una por la mañana y otra por
la tarde. La radioterapia sería aplicada en toda la zona del tórax, vuelta y
vuelta, por delante y por detrás.
3. Dos o
tres (no me acuerdo) ciclos de quimio. Pero no el sobrecito rosa fosforito del
que os había hablado en alguna ocasión, aquella monada tan llevadera. Para
nada. No. Con todos ustedes, les presento a Papá Quimio:
-
A
papá Quimio le gustan…
Los vómitos
y hacer retorcerse a la gente como gusanos en un palillo. Vete pidiendo la palangana.
-
A
papá Quimio NO le gustan…
Los pelos,
en ninguna parte del cuerpo. Míralo por
el lado exótico: si eres una dulce chica como yo, nunca te vas a parecer tanto
a Vin Diesel.
1. Dos inyecciones
intratecales de esas que te ensartan una aguja que debe ser como las que
coronan algunos rascacielos, entre vértebra y vértebra, y ahí te enchufan más
quimio. Que no pare la fiesta.
2. Una
vez completados los puntos 1 a 4, esperar pacientemente a los de la lucha
libre. No tardarán en presentarse con un maletín lleno de horrendos efectos
secundarios asociados con la quimio y la radio que te acaban de enchufar.
Las primeras dos semanas, por tanto, consistirán en una amalgama de
experiencias en torno al tema “Conoce El Sufrimiento Físico”, especialmente
concentradas en:
a)
Vómitos y náuseas (también nivel VIP, nada de aficionados: aquí si
no sudas y te retuerces y te pones a cuatro patas tratando de expulsar de tu
cuerpo algo verde o si se prefiere ya directamente rojo, no eres nadie).
b)
Diarrea. Un consejo: libera tu mente y olvídate de que
algún día fuiste capaz de controlar lo que te salía del culo. Eres un bebé de
nuevo.
c) Mucositis. Ese cachondo proceso en el que Papá Quimio retira
con cuidado toda mucosa que alguna vez cubriera el tramo que va desde tu boca
hasta el mentado ano, dejándote por dentro como en carne viva. Sin el como, en verdad. Tendrás llagas en las llagas
y lo que piensas que es una flema que te obstruye la garganta es en verdad un
cacho de carne de tu propia garganta que acabas expulsando para descubrir ante
ti lo que parece una fresa mordisqueada y sanguinolenta. Tengo fotos muy majas
de mis vómitos de mucositis. Consisten en palanganas llenas de un rojo
bermellón divino, con alguna veta verde para dar contraste y tropezones para la
textura. Algo así como un cuadro de Jackson Pollock derretido en un bol. Papá Quimio es un esteta, en el fondo. Observa
siempre unos patrones estéticos muy rigurosos.
3. En
algún punto entre todo esto, un ángel con bata blanca, o dos, que serán una
pareja de enfermeros[1],
llegarán para entregarte el regalo de tu vida. Ese será el día de tu
trasplante. Puedes respirar tranquilo, ya no vas a morir porque los de la lucha
libre se hayan ido sin dejarte nada a cambio. Tu nueva médula te es
administrada y es un momento de alivio, felicidad, y profundo agradecimiento a
la vida, a tu suerte y ante todo a tu DONANTE, el héroe o heroína sin el cual
estarías en una situación totalmente distinta y peor y mucho, mucho más seria:
enfrentándote a la idea de la muerte. GRACIAS,
DONANTES DE MÉDULA DEL MUNDO. Lector, si puedes, hazte donante. Hacen falta
donantes y médulas, no todo el mundo tiene la suerte de una servidora. Aquí te
explican cómo: http://www.fcarreras.org/es/donamedula.
7. El
resto de la estancia consiste en sobrevivir a los efectos secundarios descritos,
que duran lo que les apetece -más o menos hasta la penúltima semana-; ir
cogiendo fuerzas y esperar pacientemente a que te dejen volver a tu casa. No
desearás jamás tan
ardientemente volver a TU CASA. ¿Os acordáis de aquella ingenua Rosa Lombas que
amaba la cama robot del hospital? Not
anymore, chicos. Quiero permanecer alejada de esa cama plasticosa y
maquiavélica hasta el fin de mis días, amén Jesús. Y en verdad esta es
básicamente mi primera y mayor aspiración en la vida: mantenerme lejos, a mil
millas, lejisimísimos de esas camas. Que le hagan su buen servicio a otro, o
mejor, a nadie.
Eso indicaría que nadie las necesita y estamos
todos campando a nuestras anchas y disfrutando de nuestros colchones y sábanas,
felizmente impregnados en nuestro propio olor corporal.
Pero a esta historia todavía le queda un poco para
el punto de la vuelta a casa. Tendréis que esperar al próximo capítulo…
[1] Todo el personal, y digo TODO,
desde limpiadoras hasta el más reputado doctor, son ángeles celestiales
surgidos de un rayo de luz divina que van a desvivirse por hacer tu trasplante
lo más llevadero posible. Los adoro a todos y no podría estar más agradecida
por tener en Oviedo a un equipo de personas tan increíble, eficiente y adorable
en todo en general.
Jo Rosa, me pones los pelos como escarpias... Qué humor... Espero que pronto, muy pronto todo esto no sea más que un lejano recuerdo... Cuídate y deja que te cuiden... Ánimo maja, ya queda menos...
ResponderEliminarGracias Belenan! Ya es de hechoun lejano recuerdo, por eso he tardado tanto en actualizar el blog... :)
EliminarDeseando conocerte, con tus nuevas mucosas. Besos para Nacho.
ResponderEliminarGracias rapto!! Se los daré de tu parte. Mis nuevas mucosas son lo más!
EliminarRosina tu supongo que una cosa es escribirlo y otra vivirlo, tienes el don heredado del sentido del humor, gran don por cierto del que goce muchas veces.
ResponderEliminarGuaja eres total, a mi me dejas sin habla y me haces pensar que eso tiene mucho merito ;).
Esperando a la porra ansiosa.
Kisssss!!.
Gracias Marisa, pero no es tanto mérito como la suerte de estar rodeada de personas increíbles, de haber encontrado un donante...soy una suertuda
EliminarMe hubiera encantado poder hablar más contigo hoy. Ya te admiraba antes (me he leído todito tu blog) y mucho más ahora, después de las jornadas de Seopa y de leerte en este blog.
ResponderEliminarQuedamos para tomar un café cuando quieras, me pasa lo mismo!!!!
EliminarTe dejo mi correo rosalombas@gmail.com :) a ver si me entero de más cosas sobre el médico de los bultos...
EliminarPues cuando quieras donde quieras!!! El mío es rcpdesdemicole@yahoo.es o martanoniderobles@yahoo.es
EliminarGenial Marta! Estamos en contacto :)
EliminarOjalá que pronto nadie tenga que pasar por esa tortura. Felicidades por tu valentía y buen humor. Disfruta del regalo de esa nueva vida que tienes por delante.��
ResponderEliminarGracias Anitataboada, lo estoy haciendo :)
EliminarHola, Rosa...no nun me conoces. Soy Chema de Lena, compañeru y amigu de tus padres desde los primeros tiempos del coro universitario donde compartimos viajes, conciertos, fiestes...muchos noviagos uno de los cuales fue el de tus padres que acabo en boda y en una fia tan maravillosamente valiente y alegre como tu. Acabo de leer el tu relatu y...nun te puedo ni quiero decir na porque tu lo dices to y quitandole dramatismo a tan dramatica experiencia.
ResponderEliminarSolo mandate mi admiracion, mi cariño y con ganes de conocete porque desde que te vi pequeñina y guapa en tu sillana infantil creciste como una gigante y espero que nun me mires desde arriba de tu incomparable talla humana.
Un besu muy fuerte y compartelu con tus padres que tambien lu tiene bien mereciu.
Gracias Chema por esos ánimos y piropos que no se merecen, como digo yo lo que tengo es mucha suerte. Un abrazo :)
EliminarMadre mia!!! Jajajaj oye rosa no te conozco pero me alegro mucho de que todo haya salido bien y te hayas recuperado o estes en proceso...la verdad q eres muy valiente...yo soy miy cagona...solo con leer lo de las mucosas ya me he puesto mala!!! �������� enhorabuena!
ResponderEliminarGracias Cova! :)
EliminarHola Rosa,
ResponderEliminarTodo lo que comentas es impresionante!!
La voluntad, valentía, constancia, coraje, tesón y sin falta la fundamental paciencia, te convertirán sin duda una gran persona.
Que en España se logre algo que en otros países su sistema sanitario no pueda permitirlo por la situación en que se ve inmerso (guerras y demás) es un orgullo.
Te cuento (sin querer enrrollarme) un poco de mí. Desde los 4 años tengo una sordera total y desde casi tú edad actual me detectaron una enfermedad neurológica rara que era también familiar. Esa enfermedad en la actualidad no tiene tratamiento y la estoy arrástrando de la mejor forma que puedo porque, como tú, no lo hemos escogido.
Espero que, con la confianza puesta en los profesionales, podamos confiar en el futuro porque no lo hay sin el pasado.
He apuntado tú email y te dejo el mío para que cuando, desees (con una open mind) te comuniques de lo que te inquiete pedronovoafernandez@gmail.com
Mucho :-) y Congrats!
Pleased to learn your post!
Gracias Pedro, pero tú sí que eres un luchador y en comparación lo mío no es nada. En cualquier caso compartimos la actitud positiva, hay que disfrutar de lo que tenemos, que no es poco! Un abrazo :)
Eliminar