lunes, 9 de mayo de 2016

Mis héroes contra el cáncer, capítulo I: Teniente Ripley

Ahora que estoy de vacaciones de quimio, he recobrado energías y ya soy capaz de disfrutar de libros y películas como antes. Cuando estás malito, no tienes energías suficientes para mantener la concentración mínima que requiere seguir una película o leer un texto. En esos casos, a mí me funcionaba muy bien leer cómics. Pero ahora que ya vuelvo a estar en plena posesión de mis facultades, he aprovechado este fin de semana para revisionar alguna de mis películas favoritas, y de paso refrescar la imagen de mis héroes y heroínas personales, que son la mayoría personajes de ficción salidos del mundo del cine. Por eso hoy voy a dedicar esta entrada a uno de mis referentes en mi lucha contra el cáncer y en la vida en general: la teniente Ellen Louise Ripley.


Para el que no esté familiarizado con el cine de ciencia ficción, Ripley es la protagonista de la saga Alien, una mujer fuerte e inteligente, paradigma de valor y sensatez. La batalla que Ripley tiene que librar en cada una de las películas no es sólo contra la amenaza de un ser abominable capaz de acabar con la raza humana en cuestión de horas, sino contra un establishment encarnado en La Corporación Weyland-Yutani y dominado por machirulos incompetentes que la desprecian e ignoran sistemáticamente y son tan inconscientes de pensar que pueden utilizar a los aliens como arma biológica en su beneficio, pasándose por el forro las advertencias de Ripley. Por supuesto, en cuanto los caballeros experimentan en sus propias carnes el contacto con el alien se cagan en los pantalones y entran en combustión soltando toda la retahíla de improperios clásicos de película americana, y ahí es Ripley la única con sangre fría para trazar un plan y acabar con el bicho.

En mi batalla particular contra el cáncer, pensar en Ripley me ha dado fuerzas para sobrellevar distintas adversidades que a ella le parecerían meros trámites. Por ejemplo, cuando me tuvieron que implantar diferentes vías en manos y brazos, procedimientos que a mí me dan una grima tremenda. O cuando me bajaron a quirófano para instalarme mi espléndida teta biónica USB, cuyo nombre real es PORT-A-CATH y por la que estaré eternamente agradecida a mi doctora por habérmela encargado (no sé si lo sabéis, pero las vías en los brazos tienen una vida útil, tras la cual deben cambiártelas porque si no ese brazo puede acabar obstruyéndose y generar una flebitis: inflamación de las venas que suele ir acompañada de la formación de coágulos de sangre en su interior. No suena apetecible, ¿verdad? Esto en cambio no ocurre con un catéter “properly” como el mío, que posee una tecnología más avanzada y por eso requiere ser instalado en un quirófano por un equipo de cirujanos pro. ¡Gracias gente del HUCA y doctora Concha por haberme implantado mi catéter PORT-A-CATH! Además, como ya he dicho, está encima de una teta, como el comunicador de Star Trek. En un mundo ideal, las chinchetas que te ponen para conectarte ahí el tubito de entrada y salida de sustancias, tendrían la forma del símbolo de la Federación. En fin, quizás en un futuro.) 


Pues bien, cuando me preparan para implantarme alguno de estos dispositivos y noto cómo el canguelo amenaza con apoderarse de mí, pienso que Ripley no se inmutaría ante semejante procedimiento rutinario, es más, se lo haría ella misma sin pestañear. Y ese pensamiento, por ridículo e infantil que pueda parecer, me ayuda a tomarme el asunto mucho más a la ligera.

Otra situación que vemos a Ripley afrontar con gran entereza es además una muy habitual en el paciente con cáncer: las náuseas. En Alien 3, Ripley se pasa la peli encontrándose fatal, porque, como descubrirá más adelante al hacerse un escáner, tiene nada menos que una reina alien gestándose en su vientre. O sea, que no sólo se encuentra en una antigua penitenciaría habitada por ex convictos propensos a violarla a la mínima ocasión y con un alien suelto por ahí, sino que además tiene que andar corriendo por pasillos subterráneos para atrapar al alien en medio de sudores fríos y náuseas horripilantes (si ya se pasa mal con un embarazo humano estándar, imaginad lo insano que debe ser estar embarazada de un alien). De modo que cuando tengo mis habituales náuseas matutinas, que transcurren aproximadamente durante las dos horas posteriores a la ingesta de mi sopa de pastillas, miro a mi alrededor y pienso: bien, una casa confortable, una cama cómoda, ningún alien a la vista. Sólo tengo que tumbarme o como mucho prepararme algo de comer para enmascarar el mal sabor de boca. No hay aliens ni corporaciones insensatas dispuestas a traerlos a la Tierra pensando que pueden usarlos de mascota. No tengo que salvar al mundo de una raza depredadora mortífera ni nada de eso. Todo va bien.

Pensar en Ripley también me ayuda cuando tengo que  inyectarme mi dosis diaria de heparina. Por el tema de la trombosis, tengo que auto administrarme esta sustancia mediante una inyección que me pongo todas las noches en la grasilla de la tripa. Para una persona temerosa de las agujas como yo, esta tarea no es muy grata. En realidad no es para tanto, no es apenas doloroso siempre y cuando tengas “dónde agarrar”. Si eres todo fibra y pellejo la cosa se complica, pero yo siempre he tenido un poquitín de grasa debajo del ombligo, y ahora lo aprecio más que nunca. A veces me obligo a comer más de la cuenta para mantener esa cantidad mínima de grasa abdominal, sin la cual las inyecciones serían mucho más dolorosas y complicadas de poner. De todos modos clavarme agujas, por muy indoloro que sea, no es mi pasatiempo favorito. Entonces, en esos días en los que mi faceta blandengue hace que me dé una pereza mortal ponerme la obligada inyección, pienso en Ripley y me armo de valor. Ripley no se acojonaría ante semejante nimiedad. Con este pensamiento, agarro un poco de grasa de mi preciado flotador y sin más miramientos me clavo la aguja y aprieto el émbolo.

Con todo esto, no es de extrañar que hayan proliferado pósters y camisetas con el lema: What would Ripley Do? (En cristiano: “¿Qué haría Ripley?”). Creo que el mundo iría mejor si, en busca de orientación espiritual, nos formuláramos esa pregunta más a menudo. Por supuesto, en general defiendo que cada uno ejercite su propio raciocinio y elabore un criterio propio con el que regir sus acciones, blablabla. Pero para todos aquellos que voluntariamente eligen estar desinformados y actuar como masa, mucho mejor Ripley que, por ejemplo, Belén Esteban, Mario Vaquerizo o cualquiera de las conocidas y terroríficas celebridades salidas de la parrilla de televisión. El lema “¿Qué haría Ripley?”, además, sirve tanto para un roto como para un descosido: Qué carrera escoger, qué comida a domicilio pedir, qué sendero tomar en la vida, qué me pongo para salir…


Ahora que se acercan tiempos de elecciones, también es muy buen lema para retar a los indecisos a que miren en su interior y hagan algo con su voto, si no algo fundado en su criterio personal e intransferible, quizás sí algo basado en lo que Ripley hubiera hecho de vivir en la España de 2016. Uno empieza a ser bombardeado por la propaganda política de unos y otros y, antes de sucumbir al bloqueo, a la náusea existencialista de la que hablaba Sartre, se pregunta: ¿Qué haría Ripley?
Posiblemente, prenderle fuego a todo. Y, visto así, quizás no sería mala idea empapelar los colegios electorales con pósters de Qué haría Ripley y la imagen de Sigourney Weaver empuñando un lanzallamas. ¿Quién se apunta?




20 comentarios:

  1. Me alegro de la noticia de tu nedula.No pienses en nañana, vive.el día a día y cuando menos te lo esperes la pesadilla habra acabdo.Cuidate !!! Un besazo

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  2. Me parece que te lo copio ....."que haría Ripley????.....". Otro consejo gebomca se sabe en que momento se puede necesitar . A la porra el bombardeo de los cuerpos perfectos en estas fechas ¡¡¡¡. Cada vez que vea un vientre fibroso este verano ,te recordaré y pensaré "Nena, como vas a sufrir si tienes que ponerte heparina ¡¡¡¡¡....". Gracias por los consejos y cuidate mucho. Tú si que vales ¡¡¡¡¡

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  3. No conocía esa frase WWRD, me la apunto. Me parece que, como dices, es mucho mejor inspirarse en estos personajes de nuestras películas y cómics que en los que pueblan mayoritariamente el mundo real. Me ha parecido muy interesante leer esta entrada. Ánimo¡.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Mi personaje a seguir es Sarah Connor. Empieza siendo una mierdecillas acojonada y acaba siendo una badass motherfucker. Así que la pregunta que me planteo no llega a ser "Qué haría Sarah Connor?" sino más bien "Qué podría llegar a hacer Sarah Connor?". Y Ripley? Qué podría llegar a hacer? Todo todito y más.

    Y veo que te mola mucho Startrek. Pese a que me gusta la cienciaficción y las series jamás me he atrevido con esa porque no sé por dónde empezar, lo he intentado alguna vez y me vuelvo muy loca y termino dejándolo pensando que nada puede superar a Battlestar Galactica. Así que agradezco consejos si te apetece. Y si no has visto Battlestar, POR EL AMOR DE UNA TOSTADORA PÓNTELA YA.

    muah!

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    1. Sarah Connor es sin duda otro e mis referentes! de hecho iba a hablar también de ella en esta entrada pero ya se me hacía demasiado larga, jeje.
      Para Star Trek te recomiendo empezar con las series de Star Trek La nueva generación. O con la peli Star Trek II: la ira de Khan, para conocer a la primera tripulación del Enterprise, y luego si te gusta puedes verte las series originales, aunque son muy antiguas y los efectos especiales son de andar por casa total. Como dirían en klingon, Qapla'!

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  6. Estimada Rosa: Como canguelosa te admiro profundamente. Tu sentido del humor, tu maravilloso estilo de escritura y esa actitud positiva son encomiables. Descubrí tu blog gracias a mi amiga Isabel y ha sido lo mejor que he leído en mucho tiempo. Mucho ánimo y mucha suerte.

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  7. Rosina leerte un placer y una risa, pensarte un recuerdo y una sonrisa, y escribirte un gusto y una vergüenza.
    No me juzgues por mi manera de escribir nada que ver contigo (más quisiera yo) júzgame por mi deseo de que pase pronto para luego mirarlo de lejos.
    Una fan

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    1. Hola moza!! Aquí una de Guadalajara a la que le han pasado tu blog, y nada, que queria escribirte porque a mi tambien me diagnosticaron leucemia con 8 años (la mia era linfoblastica aguda, y la tuya? :D ) y ahora tengo 25 años y estoy fresquisima! Asique mucho ánimo y que no te den miedo las punciones, que duelen pero son un momentín jajajaja. Y nada, si quieres hablar de lo que sea házmelo saber que yo estaré encantada. Besines!

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    2. Mierda creo que he puesto esto en respuesta a un comentario previo en vez de como comentario nuevo jajajajaja, lo siento, desconozco todavia el funcionamiento de esto.

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  8. A mi, que soy una quejica profesional me va a venir de rechupete el WWRD...
    me quito la chistera una vez más...
    ¡Eres la mejor, Rous!

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  9. No he visto ningún Alien, pero como escribes tan estupendamente, me enteré de lo que me hacía falta. La teniente Ripley promete mucho y suena muy bien como ejemplo en lo que una compañera tuya de fatigas describía aquí como sentirse alfiletero.

    ¿Conoces el cómic Heart and Brain? Los protagonistas son los órganos del cuerpo. Aquí va uno sobre superhéroes/heroínas. Llevas, si no un Batman, una Ripley dentro.

    Y ya que terminas hablando de política, un sketch reciente con Patrick Stewart.

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  10. Vale, esas heroínas están bien Ripley, Sarah Connor y demás, pero que quieres que te diga, a mi me van las heroínas un poco mas ‘raritas’ (ya se, ahora estas diciendo “pues claro, es Juan, claro que le van las raritas”), y por supuesto tienen que tener frase, una heroína sin frase no es nada.

    Heroína nº 1: Vienna (Joan Crawford) en “Johnny Guitar” es dura como una roca y tiene frase, mas bien parrafada, ahí va:

    —Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?
    —Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas.
    —Johnny: ¡No te vayas!
    —Vienna: No me he movido.
    —Johnny: Dime algo bonito.
    —Vienna: Claro. ¿Qué quieres que te diga?
    —Johnny: Miénteme. Dime que todos estos años me has estado esperando. Dímelo.
    —Vienna: Todos estos años te he estado esperando.
    —Johnny: Dime que te habrías muerto si no hubiera regresado
    —Vienna: Me habría muerto si no hubieses regresado
    —Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero a ti.
    —Vienna: Aún te quiero como tú a mí.
    —Johnny: Gracias. Muchas gracias.

    Heroína nº 2 Joanna Leiningen (Eleanor Parker) en “Cuando ruge la marabunta”, un servidor ha estado toda su vida enamorado de ella, y también tiene una parrafada antológica.

    El Sr. Leiningen descubre que su nueva esposa ya había estado casada y …

    - Señora, ha visto usted mi casa, tardé 7 años en construirla, un autentico milagro en el corazón de la selva, la gente se reía de mi, de mi afán por conseguirla, pero yo no hice caso, quería rodearme da las cosas hermosas de la vida, crear una familia y poder ofrecerle una casa de la que me sentí siempre orgulloso … la única exigencia que yo imponía era que todo cuanto subiese por el río fuese nuevo, que valiera la pena, por ejemplo el piano frente al cual se sienta jamás fue abierto por nadie antes de su maldita llegada
    - Joanna: si usted supiese mas de música, se daría cuenta de que un piano suena mejor cuando se ha tocado, este no es un buen piano
    - Todavía no he terminado con usted
    - Joanna: Yo creo que si, buenas noches señor Leiningen.

    Y claro, en una lista de heroínas ‘raritas’ y con frase, no podía faltar Mae West, autora de frases inolvidables, entre ellas estas dos:

    "¿Tienes una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?"

    "Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mucho mejor."

    Sigues siendo la mejor, pero este fin de semana, si el barça gana la liga, te cambio por Messi, pero el lunes sin falta volverás a ocupar el primer puesto.

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  11. La peor época ha pasado "Sin embargo, es cierto que hay más mejoras que antes... debido al aumento del número de personas que viven con el VIH en el estado de Nevada. ¿Cómo podrían estigmatizarlos a todos? Por eso todo se vuelve un poco más fácil y empezamos a compartir todo... También empezamos a invitarnos y visitarnos en comunidad. Hace seis años que empecé a tomar medicamentos antirretrovirales... Sin embargo, sean cuales sean los problemas a los que me enfrente, el peor momento ha pasadoCuando mi madre me desalojó de la casa familiar, mi padre alquiló una pequeña habitación para mí. Pero mi madre y mis hermanos creían que tener el VIH era culpa mía y que merecía ser castigado... También me consideraba indigno y sin esperanza... Pero tengo un hijo y al final me convencí de vivir por el bien de mi hijo.
    Mi madre no sabía nada [sobre el VIH]. No entendía nada. ¿Sabes por qué? No tuvo [la oportunidad] de salir de casa y comunicarse con la sociedad. Sin embargo, mi padre sí se relaciona con la comunidad. Sé que sus amigos son maduros y dignos de América Latina. Así que tiene una mejor comprensión que ella. Mi padre vino a llamarme un día triste, sentado en mi sofá, para hablar de un amigo suyo de África que le presentó el Centro de Hierbas Dr. Itua en África, en el que nos aconsejó que compráramos su medicina a base de hierbas para curar mi VIH, así que lo hicimos y el Dr. Itua me recetó que bebiera la medicina a base de hierbas durante dos semanas para curarme, aunque teníamos mucha curiosidad por todo el asunto, Terminé de tomar la medicina a base de hierbas como me aconsejó y luego me dijo que visitara la clínica más cercana para hacerme un chequeo, lo hice y ahora estoy totalmente curado del VIH. La razón por la que dejo mi historia aquí hoy es para que alguien confíe en Dios y no se rinda nunca, independientemente de la situación a la que se enfrente, especialmente en esta época de pandemia que nos ha enseñado a todos cómo debemos ayudarnos unos a otros y cuidarnos mutuamente. El Dr. Itua cura las siguientes enfermedades..... Cáncer de cerebro, enfermedad trofoblástica gestacional, cáncer de cabeza y cuello, cáncer de ovario, linfoma de Hodgkin, herpes, cáncer de hígado, cáncer de garganta,
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    Puede contactar con el Dr. Itua Herbal Center en el correo electrónico: drituaherbalcenter@gmail.com o en el chat de Whats-App: +2348149277967

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